Sonreír es algo tan natural como saludable. Una clara muestra de afecto, simpatía y cordialidad hacia nuestro entorno que hacemos cuando algo nos agrada. Mostrar los dientes en señal de alegría y felicidad, nos permite transmitir a nuestros congéneres nuestras emociones. Aparte de que sonreír, aporta grandes beneficios a nuestra salud y por supuesto, bienestar emocional.
La sonrisa es claramente un reflejo de ese bienestar emocional, una respuesta dada por el cuerpo ante una situación o momento de disfrute y, una acción que contribuye a lograr una mejor salud.
Cuando reímos, nuestro organismo, libera una serie de hormonas, de sobra conocidas por todos y que implican una serie de beneficios para el organismo. Endorfinas, serotonina y dopamina, las hormonas de la felicidad, se liberan por nuestro organismo reportando bienestar y felicidad, cada vez que mostramos nuestros dientes. Más aun, si reímos a carcajadas. Sin olvidar, la cantidad de músculos que hay que movilizar para sonreír.
Otro aspecto positivo de la sonrisa, reducir la producción de cortisol. La conocida hormona del estrés, se relaja a consecuencia de una sonrisa. Por tanto, sonreír contribuye a disminuir los niveles de ansiedad y depresión de los que somos víctimas a lo largo de la vida.
Sonríele a la vida
Mostrar la dentición aporta otra serie de beneficios que inciden directamente en la salud. Debido a la liberación de endorfinas que se genera al sonreír, se produce a su vez, una mejora en el sistema inmunológico. La hormona de la felicidad, contribuye a una disminución del dolor y un aumento de las sensaciones placenteras, entre otras funciones.
Un ataque de risa contribuye a fortalecer el corazón. Ayuda a mantener y aumentar la oxigenación del organismo y, por lo tanto, regula el pulso cardiaco y disminuye la presión arterial.
Relaja el sistema muscular y ayuda a liberar esas tensiones que vamos acumulando en el día a día. Sonreír, es como descargar. Se movilizan músculos de todo el cuerpo, sobre todo si lo que te da es un ataque de risa.
Propicia a su vez, el buen humor y da otra perspectiva a la forma de ver las cosas. Mejora el humor, el carácter y el estado de ánimo. En muchas ocasiones también de la persona que la recibe.
Incrementa la productividad y la creatividad, debido al incremento de adrenalina que supone sonreír. Este pequeño acto, nos convierte en personas más receptivas, empáticas y, por lo tanto, provechosas.
Disminuye el dolor debido a la liberación de hormonas que actúan como analgésico natural. Esto conduce a un estado de calma y bienestar.
Como no podía ser de otra manera, mejora de forma notable las relaciones interpersonales. Facilita la forma de relacionarse y aumenta la capacidad de hacer amigos.
Evidentemente, sonreír es una de las mejores terapias y armas con las que contamos los humanos para hacer más llevadera la vida y acercarnos a los demás.
Sin embargo, en algunas ocasiones, dejamos de sonreír. No necesariamente por el propio estado de animo o por que nos convirtamos en seres huraños. Las malformaciones o manchas que puedan presentar los dientes, a veces contribuyen a tener un efecto negativo en nuestras vidas.
Esta claramente demostrado que sufrir problemas de estética dental, puede ejercer el efecto contrario al que genera la sonrisa.
Vuelve a sonreír
Muchas personas han perdido la sonrisa. Los complejos, la baja autoestima y el malestar que puede conllevar tener problemas bucodentales, ejercen un poder similar al que ejerce la sonrisa, pero de forma totalmente negativa.
Hablando con los profesionales y amigos de Mesiodens, hemos vuelto a constatar, la importancia de sonreír y de que nuestra sonrisa, sea tan espectacular como franca y sincera. Para muchos la estética no es solo una forma de agradar a los demás, se trata de sentirse bien con uno mismo.
La sonrisa es un elemento clave para nuestro bienestar, tanto emocional como físico (ya hemos hablado de sus beneficios). Evidentemente, a la hora de relacionarnos con el entorno, sonreír es algo muy importante. Nos atrae la gente que sonríe, nos infunda tranquilidad y nos transmite felicidad. Es algo inevitable, sobre todo cuando esa sonrisa, es franca.
En las clínicas dentales, están acostumbrados a ver y tratar sonrisas. Personas que han perdido esa capacidad porque no se sienten bien con sus dientes y evitan mostrarlos, acuden cada día a los profesionales.
Las visitas al dentista, van más allá de tener una boca sana. Se busca lograr una sonrisa bonita y que se pueda mostrar sin temor. Los tratamientos encaminados a la mejora de la dentición son tan habituales como completos.
Según los expertos, una bonita sonrisa se basa en una serie de proporciones, leyes y técnicas que ellos, de forma intuitiva, conjugan a la perfección para lograr los mejores resultados en cada paciente.
De la mano de las nuevas tecnologías, puede hacerse un completo estudio y diseño de la sonrisa. Los profesionales tienen en cuenta para este efecto que la sonrisa se compone de dientes, labios y encías que deben ofrecer en si mismas, un conjunto armónico y atractivo.
Cada vez se utilizan técnicas y materiales menos agresivos y molestos. Los tratamientos son más eficaces y conllevan menos tiempo en su realización por lo que a día de hoy, es más sencillo eliminar esos complejos sobre la dentadura.
La estética dental esta en auge. Las sonrisas de diseño que consisten en una serie de tratamientos dirigidos a crear y moldear la sonrisa perfecta en cada boca, ayudan a los pacientes a ver los resultados antes de que se hayan producido.
Con la ayuda de la tecnología y los programas con los que cuenta hoy el sector de la odontología, la estética dental, gana puntos y adeptos de forma exponencial. Gracias a este tipo de tratamientos, el paciente puede ver como quedarán en su rostro los nuevos dientes.
Volver a sonreír en el caso de haber perdido la sonrisa por cuestiones estéticas, es algo fácil de conseguir. Aunque lo mejor, es no tener que perder nunca la sonrisa y dejar a un lado los complejos, es comprensible que para muchos, no tener la dentadura deseada, puede generar síntomas negativos.
Independientemente del motivo, lo importante, es siempre, volver a sonreír.