España es uno de los principales productores de vino del mundo, tanto que en nuestro país hay cerca de 4.130 bodegas y los caldos se exportan a más de 189 países de todo el mundo, tal y como indica la Federación Española de Vino.
¿Pero qué uvas se emplean para elaborar estos caldos? Pues depende en gran medida de la región y de la propia bodega, ya que cada vino utiliza una o varias variedades de uvas. Pero en este artículo vamos a conocer los tipos de uva más usados en España para vino, tanto para vinificación tinta como blanca.
Variedades de vinificación tinta
En España se utilizan diferentes uvas tintas, pero entre las más comunes hay que señalar las siguientes variedades: tempranillo, garnacha, monastrell y syrah.
Tempranillo
La uva tempranillo es la más emblemática de España y la más utilizada en la elaboración de vinos tintos. Se cultiva principalmente en La Rioja, pero también en otras regiones como Ribera del Duero, Navarra y Valdepeñas. Hay que indicar que en algunas regiones recibe un nombre diferente porque esta variedad se conoce como cencibel en Castilla La Mancha, tinto fino en Madrid y tinta del país en la zona de Ribera del Duero.
Los vinos elaborados con este tipo de uva tinta suelen ser de color rojo intenso, con aromas a frutas rojas o especias y con una acidez media.
Garnacha
La garnacha es una variedad de uva tinta que se cultiva en muchas regiones españolas, entre las que hay que destacar Aragón, Cataluña, Navarra y La Rioja. Se utiliza tanto para la elaboración de vinos tintos como rosados. Y sus vinos se caracterizan por ser frutales, predominando las frutas rojas y suelen tener notas a pimienta blanca. Los caldos además son suaves y con una acidez baja.
Monastrell
La uva monastrell es una uva tinta que se cultiva principalmente en la región de Murcia y la Comunidad Valenciana. Esta variedad destaca porque se adapta muy bien a la sequía y a los climas cálidos. Los vinos elaborados con monastrell son potentes, con aromas a frutas negras y notas especiadas y suelen tener una acidez moderada.
Syrah
“La variedad syrah es de origen francés, pero se encuentra entre las más plantadas en España. Es una planta vigorosa y de porte abierto, sensible al viento y que demanda podas largas. Es resistente al mildiu, al oídio y a la excoriosis. Y los vinos que se obtienen de esta variedad son tintos azulados intensos, muy aromáticos, con un grado alcohólico óptimo y aptos para el envejecimiento”, explican desde Plantvid, viveros especializados en la venta de plantas de vid y uvas de mesa.
Variedades de vinificación blanca
Respecto a las uvas blancas hay algunas que cuentan con gran fama en nuestro país, siendo las más usadas airen, albariño, Pedro Ximénez y verdejo.
Airen
Esta variedad de uva blanca es autóctona de España y hay que destacar que es la más cultivada en nuestro país, por encima de cualquier variedad incluso de vinificación tinta. Se utiliza principalmente en la elaboración de vinos blancos jóvenes y frescos, que suelen tener una acidez alta y aromas a frutas blancas y cítricos.
Albariño
Esta uva blanca se cultiva principalmente en Galicia, especialmente en la región de las Rías Baixas. Los vinos elaborados con albariño son caldos frescos y aromáticos, con notas florales y a frutas tropicales.
Pedro Ximénez
Esta variedad es de origen español y se emplea especialmente en el sur de España. Los vinos que se elaboran con este tipo de uva son dulces, con aromas afrutados y de alta graduación. Son famosos los vinos de jerez y los Montilla-Moriles.
Verdejo
La uva verdejo es una uva blanca que se cultiva principalmente en la Denominación de Origen Rueda, aunque también se cultiva en otras zonas de Castilla y León y Extremadura. Los vinos elaborados con verdejo son frescos, aromáticos y con una acidez moderada, con notas a frutas blancas y cítricos.
Estos son solo algunos ejemplos de las variedades de uvas más empleadas en España, pero hay muchas más variedades autóctonas y foráneas que se utilizan en la elaboración de vinos en nuestro país. La elección de la variedad de la uva dependerá del estilo de vino que se desee obtener, así como de las condiciones climáticas y geográficas de la región en la que se cultive. Y también de los matices que se quiere dotar a los caldos.