Una de las cosas que más ilusión nos hace a lo largo de nuestra vida es pensar en cómo vamos a decorar nuestro hogar cuando tengamos casa propia. No nos paramos a pensar en las dificultades económicas o en las imposibilidades laborales, que eso son, sin duda, un tema aparte. El hecho de querer empezar una vida es algo que nos entusiasma a todos, y tomar decisiones importantes (tales como de qué colores tendremos las paredes, qué tipo de cocina queremos… y si queremos un huerto o una bodega personal.
La importancia de la autonomía personal para las personas
Cuando somos niños, dejamos las decisiones más importantes en las manos de nuestros padres, y nosotros solo nos encargamos de dormir, comer y jugar. Ellos son los que deciden qué vamos a comer cada día, qué ropa nos vamos a poner y, por supuesto, qué armario pega más con el sofá cama del salón. Nosotros todavía no tenemos el interés suficiente en ese tipo de cosas como para prestarles la más mínima atención.
Pero, conforme vamos evolucionando y vamos creciendo, esto empieza a ser totalmente diferente. Una de las cosas que más me fascinan del ser humano (cosa que he aprendido en el ciclo superior de educación infantil) es que, a diferencia de lo que todo el mundo cree, una persona adquiere su propia autonomía personal desde muy temprana edad.
La autonomía personal es, en resumen, “la capacidad de la persona para decidir y llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana, utilizando sus propias habilidades y recursos. La autonomía se puede favorecer adaptando las tareas y el entorno y utilizando apoyos”, cogido textualmente de una página de psicología del desarrollo.
Si te preguntas el porqué de esta extraña introducción, déjame explicártelo: la autonomía personal camina de forma totalmente conjunta con todo lo que somos como personas. Nuestros gustos, nuestra personalidad, nuestra autoestima… todo lo que somos, todo lo que nos conforma, se basa en la autonomía personal. Porque es gracias a ella que tenemos la capacidad de poder decidir por nosotros mismos y de solucionar nuestros propios problemas a lo largo de toda nuestra vida.
De hecho, esto, a su vez, va de la mano de nuestros gustos por una razón muy simple: al tener la capacidad de hacernos cargo de las situaciones que nos rodean de forma gradual (es decir, un niño de cinco años no podrá comprarse su ropa, pero sí que va a ser perfectamente capaz de poner y de recoger la mesa), empezaremos empezar a sentir qué cosas nos gustan y qué cosas no nos hacen nada de ilusión.
¿Te has dado cuenta de que, un niño que entra en berrinche, lo hace porque desea algo con todo su corazón, aunque ya tenga quinientas de esa misma cosa? ¿Qué hace un coche de bomberos le haga entrar en histeria y qué hace, a su vez, que vea un balón de fútbol y pase olímpicamente de él? La respuesta es muy, muy simple: que el camión de bombero le gusta, pero la pelota no.
Esto, por supuesto, no se detiene ahí
Los gustos de una persona van evolucionando y desarrollándose a lo largo de toda nuestra vida y, lo que nos gustaba y enamoraba con cinco años, deja de ser lo que nos hace ilusión a los catorce, a los veinte o, incluso, a los cuarenta.
La autonomía personal es tan importante que va de la mano, incluso, con nuestra autoestima. Porque tú contémplalo de esta forma: ya hemos dicho que la autonomía personal es ser capaz de tomar nuestras propias decisiones y poder ocuparnos de nuestros propios asuntos. ¿Qué ocurre cuando una persona no se desarrolla correctamente en este ámbito? Que obtendremos a una persona totalmente dependiente que va a preguntarlo todo antes de atreverse a hacer algo, y esto no es en absoluto normal. Una con una disposición propia a hacerse cargo de su vida es totalmente anormal en esta sociedad, y esto haría sentir a esa persona totalmente inútil. En consecuencia, su autoestima caería por los suelos.
¿Ves a dónde quiero llegar? Espera, porque la cosa todavía no ha acabado ahí.
La autonomía personal es tan importante que va a marcar todo lo que define nuestro ser. Va a establecer qué colores nos gustan, qué trabajo vamos a escoger para dedicarnos a él toda nuestra vida, si nos dejamos el pelo largo o corto, si vivimos en una casa o en un chalet… y, por supuesto, si ponemos en esa habitación vacía un gimnasio o una biblioteca a rebosar de libros, como en La bella y la bestia.
La dificultad de conseguir una casa no debe detenernos
Hoy día la estabilidad del inmueble es casi inexistente. Podemos encontrarnos casas de una habitación de 500€ y una habitación para compartir a 300€ más gastos. Y esto, para una persona que no tiene oportunidades reales de trabajo, es algo totalmente imposible.
Para que te hagas una idea, solo has de visitar este enlace de El País, donde podrás leer un estudio de la dificultad económica que presentan los jóvenes para poder alquilar una vivienda hoy día. Y es que, si te pones a investigar o a buscar por ti mismo las diferentes opciones que tienes, tanto en tu ciudad como fuera de ella, te darás cuenta de que los precios son cada vez más desorbitados y las oportunidades cada vez más inexistentes.
Pero esto es relativamente cierto
Porque hoy día existen cada vez más opciones a la hora de poder alquilar o comprar una casa. Ya no hablamos de que tengas que enfrentarte solo a la odisea de pagar una casa… hablamos de que existen préstamos e hipotecas de los que puedes informarte y beneficiarte, para, así, poder tener por ti mismo una casa sin necesidad de molestar a cualquier otra persona.
A mí se me haría completamente imposible conseguir una casa por mí misma porque, aunque tengo cierta estabilidad laboral, es cierto que no tengo la suficiente como para afrontar esos gastos tan altos que requiere tener una casa, aunque sea una pequeña.
Pero, gracias a dios, el mundo cambia, y cambia muy deprisa. Infórmate en los bancos y date una buena oportunidad.
Tener una casa bonita y diferente es posible
Gracias a la autonomía, tenemos ciertos gustos que no compartimos con nadie, y esto se refleja en nuestro hogar. De hecho, por si no lo sabías, soñar con “nuestra casa” es soñar con “nosotros mismos”, porque es un reflejo de nosotros.
Por eso, cuando decoramos una casa ponemos parte de nosotros mismos en ella, parte de nuestra alma. Y, por eso, hoy vamos a darte ciertas ideas a la hora de organizar y decorar tu casa de forma diferente a la de los demás.
- ¿Te has planteado tener una biblioteca? Si te gusta leer y tienes muchos libros, crear un espacio de lectura puede ser algo muy acogedor. Tener nuestras estanterías, una pared con un color suave que invite a la lectura, una luz adecuada para que no nos dañe la vista y un sillón cómodo puede ser un paraíso para cualquier amante de la lectura.
- ¿Te gusta el buen vino? También puedes crear una bodega en el sótano de tu casa. Bodegas Federico nos comenta que cada vez está más arraigado en la mente la posibilidad de tener una bodega en casa, y que han atendido a muchos clientes que tenían la idea de montar una en sus casas. Por ello, no descartes esta idea tan exquisita y échale un ojo a diferentes opciones.
- ¿Y si creas un gimnasio? Muchos de nosotros no tenemos tiempo de ir a hacer deporte o nos podemos muchas excusas. Pero, ¿qué pasa cuando tenemos el gimnasio en casa? Las pesas, las máquinas, las cuerdas… dedicarle media horita al día deja de ser un inconveniente y se convierte en una verdadera opción.
- Una habitación / taller. ¿Escribes? ¿Dibujas? ¿Tocas el piano o la guitarra? No descartes la idea de dedicar una de tus habitaciones a tu pasión. Yo, por ejemplo, crearé una habitación única y exclusivamente para escribir. Y, al mismo tiempo, como mi esposo es un manitas, haremos un taller expresamente para sus herramientas y sus manualidades. Así, ambos podremos hacer lo que más nos gusta cada vez que queramos.
- También puedes darles tu toque personal a las paredes. Eso de tener las paredes blancas y amarillas está muy visto y es lo socialmente aceptado. ¿Por qué no pintarlas de rosa? ¿Por qué no colgar ese cuadro estrafalario que solo te gusta a ti? ¿Por qué no comprarte ese mueble diferente y llamativo que has visto en una tienda que no pega con nada… pero que tanto te gusta y que no puedes sacarte de la cabeza?
Lo convencional no tiene por qué ser siempre la ley, y por algo hemos hablado tanto de la autonomía personal
No te dejes intimidar por lo que se lleva hoy día, esto es un grave error. Muchos de nosotros tenemos miedo de invitar a alguien a nuestra casa porque nuestros gustos son totalmente diferentes a los de los demás. En consecuencia, estar en el punto de mura de nuestros invitados nos da miedo y eso nos paraliza a la hora de invitar a alguien.
Aquí es cuando yo te digo que te olvides de todo lo que se supone que está a la moda y a los gustos de hoy, y te centres en ti mismo: ¿Qué color te gusta? ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué tipo de decoraciones te gustan?
Si es para ti y está a tu alcance, olvídate de los demás y sé feliz.
Eso es lo único que importa.