El aislamiento de una vivienda o edificación es esencial para mantener la temperatura interior adecuada y evitar el paso del ruido externo. Esta parte de las construcciones es una de las que más en cuenta se tiene a la hora de reformar una vivienda o edificio, puesto que de un buen aislamiento dependen otros factores como la ausencia de humedades o la reducción del consumo energético. Aislamientos hay varios, en función de los materiales utilizados, su modo de instalación o su finalidad.
En lo que a finalidad respecta, la misión de un aislante está bastante definida: aislar térmicamente (procurando una buena temperatura interior) y aislar acústicamente (protegiendo del ruido). La mejor opción es la combinación de ambos tipos de aislamiento, así las viviendas quedan protegidas del ruido externo, impiden que los ruidos generados en su interior lleguen a otras casas y permite mantener la temperatura más adecuada.
Para lograr un buen aislamiento, siempre es necesario recurrir a los profesionales del sector como es el caso de Crear Sur Aislamientos donde puedes encontrar la solución de aislamiento más acorde a tus necesidades. Los métodos de instalación, varían en función del tipo de aislamiento a colocar. Dado que un correcto aislamiento índice, como ya hemos dejado claro, en la disminución de consumo energético y mejora el confort de los espacios, no es de extrañar que cada vez se realice un mayor número de reformas que se centran únicamente en el aislamiento.
Puesto que existen diferentes tipos de aislamiento, lo mejor es conocer algunas de sus propiedades para determinar cuál es el mejor para cada situación. Esto va en función del tipo de construcción, los requerimientos de la misma y las características del propio aislamiento. En este artículo, vamos a despejar las posibles dudas respecto a los tipos de aislamiento, en que consiste su instalación y por supuesto, algunas de sus ventajas.
Lo primero, saber en qué consiste el aislamiento de viviendas
Lo primero es lo primero, ciertamente y por lo tanto, debemos saber en qué consiste realmente este asunto del aislamiento. Sencillamente, se trata de un proceso que se lleva a cabo, con la finalidad de disminuir la transferencia de calor o frio, así como la de sonido, entre dos espacios que tienen una temperatura diferente. En otras palabras, se trata de un mecanismo que pretende controlar el calor que es posible transferir a través de los elementos existentes entre los citados espacios. O lo que viene a ser, la aplicación de técnicas y materiales para instalar elementos constructivos que permitan separar un recinto climatizado de uno que no lo está, e incluso del exterior.
Con el aislamiento térmico de un inmueble, lo que se crea es una envolvente con materiales resistentes a la conducción del calor, sobre cubiertas, muros, suelos o cualquier otro de los elementos o superficies que se encuentren en contacto con el exterior.
Instalar materiales aislantes en las viviendas o espacios, reporta una serie de ventajas que merece la pena considerar. A nivel energético, supone un ahorro considerable que redunda en el cuidado del medioambiente y en el incremento del confort de una vivienda. De ahí que las recomendaciones de los expertos en reformas, siempre impliquen la mejora del aislamiento antes de realizar cualquier otra mejora o reforma en las viviendas.
En el caso de tener en mente la idea de reformar la envolvente de la vivienda, mediante la sustitución de las ventanas (muy importante en cuestiones de aislamiento) o reparando la cubierta, es el mejor momento para mejorar el aislamiento. Las ventajas que ofrece son las siguientes:
- Minimiza la transferencia de calor/frío, por lo que se puede ejercer mayor control sobre la temperatura interior de las viviendas.
- Reduce los costes energéticos de los sistemas de climatización, calefacción o aire acondicionado, algo que se refleja en las facturas.
- Disminuye las emisiones de dióxido de carbono, por lo que ayuda a preservar el medioambiente.
- Elimina la posibilidad de que se produzcan las indeseadas humedades en paredes, techos, suelos u otros elementos de la vivienda.
- Aumenta considerablemente el confort para los residentes en la vivienda, puesto que se puede controlar al máximo la temperatura interior.
- Contribuye a un mejor aprovechamiento de los espacios de la vivienda. Se puede acondicionar la buhardilla o el sótano para convertirlo en un espacio agradable para el trabajo, la lectura o realizar reuniones.
- Revaloriza el inmueble de forma automática. Una vivienda bien aislada, tiene más valor en el mercado.
- Favorece la reducción de los impuestos. Toda rehabilitación en la vivienda que tenga relación con la reducción del consumo energético, puede conllevar beneficios traducidos en deducciones del IRPF.
Cuando se trata de aislamiento de viviendas, como se puede comprobar, todo son ventajas. Además que es posible beneficiarse de ayudas procedentes de los fondos Next Generation para que los costes de la reforma sean menores.
Aislamiento interior o aislamiento exterior
Hemos hablado de las ventajas que conlleva un buen aislamiento en la vivienda, así como en que consiste este tipo de reforma o mejora de las casas. Es momento de conocer los tipos y posibilidades de aislamiento posibles para poder elegir el más acertado.
Básicamente, en cuestiones de aislamiento, podemos encontrar dos tipos: el aislamiento térmico interior y el aislamiento térmico exterior. Mediante el primero de ellos, se aíslan las paredes internas de la vivienda con un material aislante, aunque no se alcanza una protección uniforme, por lo que no resulta del todo eficiente en ciertos puntos o zonas donde se produce la mayor transferencia de calor o frío, los conocidos como puentes térmicos. No obstante, se trata de la aplicación más adecuada cuando se trata de un edificio de viviendas en el que los vecinos no han llegado al acuerdo de realizar los trabajos de aislamiento externos, o se trate de construcciones configuradas con diseños de mayor complejidad.
Sin embargo, los profesionales del sector, aseguran que la solución más completa en cuestiones de aislamiento y eficiencia energética, pasa por el aislamiento térmico exterior. Este tipo de aislamiento, se efectúa mediante la instalación de paneles de material aislante directamente sobre la fachada. De esta manera se rejuvenece la misma y se crea un sistema continuo sobre la envolvente, aportando las siguientes ventajas:
- Elimina o disminuye los puentes térmicos existentes.
- Mejora notablemente el confort de las viviendas.
- Minimiza el gasto energético, lo que conlleva una disminución del coste de las facturas.
- Protege los elementos constructivos del edificio frente a los agentes externos, lo que reduce notablemente la probabilidad de contracciones o dilataciones que se conviertan en fisuras o grietas con el paso del tiempo.
- Reduce el riesgo de que se produzcan humedades y condensación.
- No reduce de ninguna manera el área habitable interior de cada vivienda, como sucede con el aislamiento interior en determinadas circunstancias.
- No perturba ni altera las actividades que se realicen en el interior de las viviendas u oficinas, puesto que los trabajos de aislamiento se realizan en el exterior.
En resumidas cuentas, el aislamiento exterior, resulta altamente eficiente aunque, también conviene saber el tipo de aislamiento exterior más adecuado. Dentro de los tipos de aislamiento exterior más utilizados, encontramos la fachada ventilada, la inyección en cámara intermedia o el sistema de aislamiento térmico por el exterior, conocido como SATE.
Este último es el más utilizado en las rehabilitaciones energéticas de inmuebles o construcciones de obra nueva, debido a que aporta una gran eficiencia y tiene una excelente calidad/precio y coste/beneficios. Este sistema consta de un revestimiento de múltiples capas que se colocan de forma continua en la fachada. Las etapas de instalación de un SATE incluyen:
- Colocación de paneles fijados mecánicamente y por adhesivos.
- Aplicación de capas de mortero reforzado.
- Revestimiento, tras la aplicación de una imprimación, con la textura y color deseado.
Los paneles utilizados pueden ser de poliestireno expandido de diversa naturaleza, extruido o lana mineral.
Por otro lado, el sistema de aislamiento de fachada ventilada, consiste en la colocación de una capa de material aislante sobre una estructura ligera de metal. Esta, a su vez se fija sobre el muro de la fachada de manera que se genera una cámara de aire entre el muro y la capa aislante.
Respecto al aislamiento exterior de inyección en cámara intermedia, podemos decir que consiste en rellenar la cámara de aire existente en paredes o muros, mediante una inyección de material aislante como puede ser la espuma de poliuretano.
Conocidos los tres tipos de sistema de aislamiento más habituales y llegado el momento de elegir el más adecuado, hay que tener en cuenta los requerimientos del proyecto y las necesidades concretas de cada edificio. Aun así, lo más recomendado por los profesionales, es el sistema SATE debido a que se trata de la opción más eficiente y ventajosa.
En este caso, se trata de un aislamiento integral de la fachada, algo que no se consigue con la misma eficacia con el resto de sistemas de aislamiento. Cada elemento se diseña para garantizar una alta eficiencia energética y un elevado desempeño, con una duración larga y la aplicación de la tecnología más avanzada, tanto a nivel material como técnico.