De dónde vienen estas palabras

Si eres un curioso, esta es tu página. Aquí vamos a conocer de dónde vienen muchas frases y muchas palabras que quizás no sabías de dónde salían. Son esos datos culturales que te sirven para quedar muy bien cuando estás en una cena con amigos o simplemente para arrasar y llevarte todos los quesitos en el mítico juego del Trivial. Esos aspectos de la culturilla que siempre viene muy bien saberlo.

OK

Seguro que es una de las palabras que más pones en tu WhatsApp para confirmar un mensaje. Pero… ¿de dónde viene? Pues el origen de esta palabra tiene dos versiones, así que quédate con el mejor te venga. Por un lado, en 1839 el periódico Boston Morning Post, como broma, escribía mal las iniciales y entre paréntesis explicaba su significado. Uno de estos fue el uso del OK, y entre paréntesis decía (all correct). La otra versión hace referencia a ‘cero muertos’ (0 killed), una expresión usada por los soldados norteamericanos cuando no había bajas. ¿Cuál te ha gustado más?

Santiamén

Usamos «santiamén» como sinónimo de instante o periodo muy breve de tiempo. Hacer algo «en un santiamén» significa que algo va a estar preparado muy pronto, de inmediato. ¿Pero de dónde viene esta expresión? Pues nosotros te lo contamos en un santiamén. El origen se encuentra en el final de la mayoría de oraciones cristianas, cuando estas se rezaban en latín y terminaban diciendo In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen (‘En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen’). El final de todas las oraciones solía decirse de carrerilla, muy rápido: «…Sancti. Amen». Todo mientras se hacia la señal de la cruz. Por ello, estas últimas palabras empezaron a unirse y a usarse como sinónimo de hacer algo muy deprisa, en lo que dura un suspiro, un «santiamén». ¿Te parece curioso?

SOS

No, no estamos hablando de la famosa marca de arroz, nos referimos a la señal de socorro más utilizada internacionalmente. Se comenzó a utilizar a principios del siglo XX. Fue aprobada durante una conferencia internacional en Berlín en 1906 para reemplazarla hasta entonces utilizada “CQD” en las transmisiones telegráficas en Código Morse. Popularmente, se cree que esta señal significa «Save Our Ship» («salven nuestro barco»), «Save Our Souls» («salven nuestras almas»)​ o «Send Out Succour» («envíen socorro»). Sin embargo, SOS no es la sigla de ninguna frase y fue seleccionada por su simplicidad. Vamos que es más simple de todo lo que podemos pensar.

Toldo

Siempre me ha llamado la atención la procedencia de esta palabra, y es que podemos pensar que un toldo es un invento moderno, y para nada. Nos tenemos que remontar a los romanos para comprobar que a ellos, eso de que el sol te dé de lleno no les gustaba. Así, Fue en la época de los romanos donde con más fuerza aparece la arquitectura textil relacionada con la protección solar. El Coliseo es un anfiteatro construido en el siglo I d.C. en la ciudad de Roma y sobre el graderío del mismo se extendía un tipo de toldo plegable llamado velario (en latín y término también utilizado en español, velarium). Eso sí, ahora mismo nada tienen que ver esos toldos con los que podemos encontrar ahora en Toldos Clot, que por ejemplo son hasta automáticos.

No ha venido ni el Tato

Te vas a un concierto y ves que estás tú y los músicos. O se convoca una manifestación y compruebas que solo estás tú y que no ha venido ni el tato. ¿Verdad? Pues una expresión que tiene un significado muy curioso. l Tato’ era el apodo de Antonio Sánchez (1831-1895), torero sevillano muy querido y conocido que no se perdía ni un evento, ya fuese social o taurino. Vamos que estaba en todos los saraos, ni siquiera comenzó a faltar después de que, a causa de una cogida, le amputasen una pierna. De ahí que, ante la escasez de afluencia a un evento, cita o espectáculo, se diga ‘No ha venido ni el Tato’. Menudo personaje este Tato.

Olé

Hemos dejado para el final una de las palabras más españolas que conocemos. Mucho más que la tortilla o que los toros, y es que todos hemos soltado un “olé”, ya sea para animar a los futbolilstas, a los toreros o simplemente para señalar que algo está perfecto. Pues bien, esta frase viene de los siglos de invasión árabe, que dieron para mucho. Estos solían utilizar la expresión “allah” (Oh Dios) cuando eran testigos de la actuación de un artista. Este término permaneció en la península mucho tiempo después de la derrota de los árabes, aunque con el paso del tiempo se castellanizó a nuestro conocido olé.