¿Cómo se relacionan la migraña y la salud bucodental?

La migraña es un dolor de cabeza intenso que puede aparecer de forma repentina y durar horas o incluso días. A muchas personas les afecta tanto que cambia completamente su rutina, pero lo que no siempre se sabe es que la salud bucodental puede ser el origen de esto.

La boca no está separada del resto del cuerpo: lo que pasa allí puede influir en la cabeza y en la aparición de migrañas. Por eso es importante prestar atención no solo a los síntomas de la migraña, sino también a cómo cuidamos nuestra boca.

 

Infecciones dentales y abscesos

Cuando un diente se infecta, se forma un absceso que genera inflamación y presión en la zona. Esa inflamación puede afectar a los nervios cercanos y provocar un dolor intenso que se irradia hacia la cabeza. Muchas personas sienten un dolor sordo o pulsante que empieza en un diente y termina en la sien o detrás de los ojos, y esto puede confundirse con una migraña clásica.

Además, las infecciones dentales activan el sistema inmune, lo que puede aumentar la sensibilidad al dolor en todo el cuerpo. Esto hace que los episodios de migraña sean más intensos y duren más tiempo. Otro problema es que el dolor de un absceso puede alterar la postura de la mandíbula al masticar, lo que suma tensión muscular y, como ya vimos, también puede contribuir a las migrañas.

Por eso es bueno no ignorar los dientes que duelen ni los síntomas de encías inflamadas. Atender las infecciones a tiempo, mediante limpieza profesional, antibióticos o tratamientos específicos según indique el dentista, puede ayudar no solo a proteger la boca sino también a reducir dolores de cabeza frecuentes. Las infecciones dentales son un recordatorio claro de que la boca y la cabeza están conectadas de forma directa.

 

Bruxismo y apretamiento de la mandíbula

El bruxismo es apretar o rechinar los dientes, sobre todo por la noche mientras dormimos. Muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que lo hacen, pero este hábito puede generar mucho estrés en los músculos de la mandíbula, la cara y hasta del cuello. Esa tensión se transmite hacia la cabeza y puede desencadenar migrañas.

El bruxismo desgasta los dientes, genera inflamación y, además, dolor en los músculos que rodean la mandíbula. Esto provoca que los nervios de la zona se irriten y, en algunos casos, que los vasos sanguíneos del cráneo se vean afectados. Todo esto aumenta la posibilidad de tener un ataque de migraña. La gente suele notar que tiene el cuello y los hombros tensos, y muchas veces no lo relaciona con sus dolores de cabeza.

Por eso, si alguien empieza a sufrir migrañas frecuentes y tiene problemas con la mandíbula o los dientes, es recomendable ir a un dentista. Un profesional puede indicar férulas de descarga o ejercicios específicos para relajar la mandíbula.

Estos tratamientos no solo protegen los dientes, sino que también ayudan a reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas. Es un ejemplo claro de cómo cuidar la boca puede mejorar algo que parecía solo un problema de cabeza.

 

Problemas dentales y dientes dañados

Cuando hay inflamaciones en la boca, los nervios y músculos cercanos se irritan. Esa irritación puede enviar señales al cerebro que terminan provocando dolor de cabeza o migraña.

Un caso común es cuando un diente está muy deteriorado y duele constantemente. La persona empieza a morder de manera diferente para evitar dolor, lo que cambia la postura de la mandíbula y de la cabeza. Ese pequeño cambio puede parecer insignificante, pero con el tiempo provoca tensión en toda la zona, y esa tensión muchas veces se manifiesta como migraña.

Otro factor son las enfermedades de las encías. La gingivitis o la periodontitis generan inflamación que puede afectar más allá de la boca. Hay estudios que muestran que la inflamación crónica en la boca puede influir en el sistema nervioso, aumentando la sensibilidad al dolor y la posibilidad de sufrir migrañas. Por eso es tan importante no dejar pasar las caries ni los problemas de encías: cuidar los dientes puede ayudar a reducir dolores de cabeza constantes.

 

Estrés: el gran factor que une boca y migraña

El estrés es un factor que une de forma directa la salud bucodental y las migrañas. Según nos explican desde la Clínica Recaver, cuando una persona está bajo una presión constante, su cuerpo reacciona de varias maneras, y una de ellas es tensando los músculos de la mandíbula y apretando los dientes sin darse cuenta. Esto aumenta la probabilidad de sufrir bruxismo y, como ya vimos, eso puede generar migrañas.

Además, el estrés afecta a la salud bucal de otras formas. Por ejemplo, hay personas que descuidan su higiene dental cuando están estresadas o comen más alimentos poco saludables. Esto provoca inflamación, caries y problemas en las encías, lo que a su vez puede contribuir al dolor de cabeza. La combinación de tensión muscular y problemas dentales crea un ciclo complicado: el estrés empeora la boca, la boca genera dolor y ese dolor aumenta el estrés.

Para manejar esto, es importante identificar señales de estrés y aprender a relajarse. Ejercicios de respiración, pausas durante el día y hábitos como masajes en la mandíbula o en el cuello pueden ayudar mucho. No hay que esperar a que aparezca la migraña para tomar medidas: cuidar la boca y reducir el estrés al mismo tiempo puede prevenir dolores fuertes.

 

Postura y hábitos diarios

La postura y algunos hábitos diarios también influyen. Por ejemplo, muchas personas sostienen la cabeza de forma incorrecta frente al ordenador o el móvil, lo que provoca tensión en el cuello y en la mandíbula. Esa tensión se puede irradiar hacia la cabeza, provocando migrañas. Del mismo modo, hábitos como masticar constantemente chicle duro, fumar o incluso morderse las uñas afectan la boca y pueden generar dolor que termina en la cabeza.

Otra cuestión importante es la alimentación. Comer demasiado rápido, no masticar bien los alimentos o tener problemas digestivos también puede repercutir en los músculos de la mandíbula y la cabeza. La conexión no es directa, pero con el tiempo contribuye a que la persona sufra más migrañas.

Por eso es clave cuidar los hábitos cotidianos. Dormir bien, mantener una buena postura, evitar tensiones innecesarias en la mandíbula y masticar despacio son acciones simples que muchas veces se pasan por alto. Estos cambios no requieren medicación ni procedimientos complicados, solo atención y constancia, y pueden marcar una gran diferencia en la frecuencia e intensidad de las migrañas.

 

Consejos para reducir la relación entre migraña y salud bucodental

Un consejo importante para quienes sufren de migrañas es prestar atención a la boca de manera preventiva: cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental, visitar al dentista regularmente y cuidar la postura son pasos básicos. Pero también es importante manejar el estrés, porque es uno de los factores que más une la salud bucodental y las migrañas.

Si alguien nota que aprieta la mandíbula o rechina los dientes mientras duerme, puede probar con férulas nocturnas y ejercicios de relajación. También es útil tomar descansos cuando se trabaja frente al ordenador o cuando se estudia, y hacer estiramientos del cuello y la mandíbula. Estos hábitos ayudan a liberar la tensión acumulada y reducen la probabilidad de que la cabeza reciba señales de dolor constante desde la boca y los músculos cercanos.

Otro consejo útil es que le prestes mucha atención a la alimentación y a tus hábitos cotidianos. Evitar comidas demasiado duras o pegajosas que obliguen a masticar con fuerza, reducir el consumo de azúcar y alimentos muy procesados, y beber suficiente agua durante el día, ayudan a mantener la boca y la mandíbula en mejor estado. Además, llevar un ritmo de sueño constante y practicar algún tipo de actividad física ligera también contribuye a disminuir la tensión muscular y los episodios de migraña.

La clave es romper el ciclo de dolor: la boca afectada provoca dolor de cabeza, el dolor de cabeza aumenta el estrés y el estrés empeora la boca. Romperlo con hábitos de cuidado bucal, manejo del estrés y hábitos saludables puede reducir mucho la intensidad y frecuencia de las migrañas.

Lo mejor es que todas estas medidas son simples, directas y fáciles de incorporar al día a día.

 

La relación entre migraña y salud bucodental es más fuerte de lo que parece

Problemas como el bruxismo, los dientes dañados, las encías inflamadas y los hábitos diarios afectan la cabeza y pueden provocar migrañas. El estrés es un factor clave que une estos problemas y amplifica el dolor. Por eso, cuidar la boca y manejar el estrés de manera consciente es fundamental para reducir el impacto de la migraña en la vida cotidiana.

Atender la salud bucodental no solo mejora la sonrisa, sino que también puede disminuir los dolores de cabeza y hacer que la vida sea mucho más llevadera. Los pequeños cambios, como una buena higiene, una postura correcta y técnicas de relajación, tienen un efecto grande si se aplican de manera constante. Así que prestar atención a la boca y a la tensión diaria puede ser uno de los mejores caminos para reducir la migraña sin complicaciones.

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