Desde hace unos años, el concepto de accesibilidad ha cobrado tal relevancia que no deja a nadie indiferente. Es fácil comprobar cómo han aparecido infinidad de accesos en los que no existen escaleras, siendo sustituidas o acompañadas por rampas. En otros casos, plataformas o ascensores, facilitan el acceso a ciertos lugares. Todo esto está muy bien, puesto que beneficia a toda la sociedad en su conjunto. Invertir en accesibilidad es invertir en la sociedad en general y en el futuro. ¿Por qué? Sencillamente, porqué es posible que mañana, todos necesitemos contar con este tipo de facilidades.
Sin embargo, hablamos de accesibilidad como si tuviéramos muy claro en que consiste. Este concepto o término, va más allá del mero hecho de instalar un salva escaleras o una rampa, para facilitar el acceso a las personas con dificultades. La accesibilidad universal como se denomina, es la condición que deben cumplir los diferentes entornos, procesos, bienes y servicios, para que todas las personas, puedan participar de forma autónoma y gozando de las mismas oportunidades. La finalidad de la accesibilidad universal, consiste en dar respuesta a todas las necesidades que presentan aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad. Pero no solo a ellas, al mismo tiempo, se permite que el uso y disfrute de estas facilidades, sea más cómodo y fácil para cualquier persona.
En este sentido, contamos con Total Acces, una empresa dedicada a todo lo relacionado con la accesibilidad, para adentrarnos de lleno en el concepto y comprender que se pretende con la accesibilidad universal. De tal manera que podamos compartir la información y hacerla accesible para todos. Vivir en un entorno accesible, implica vivir en una sociedad colaborativa en la que se persigue la integración de todos, sin caer en la discriminación. Todo el mundo tiene derecho a acceder a los espacios y satisfacer sus necesidades, con independencia de su condición física o mental.
Objetivos de la accesibilidad
Uno de los objetivos principales de la accesibilidad, de hecho, el principal, no es otro que avanzar en la igualdad de oportunidades y la inclusión socio laboral. Para ello se sirve de la incorporación en las estrategias de diseño una mirada particular, la inclusiva. Esa que acabe con cualquier tipo de barrera que dificulte la participación de algunas personas determinadas, en los distintos ámbitos sociales como la comunicación, las relaciones humanas o la educación y el empleo, el ocio o la cultura…
Si no somos capaces de garantizar el derecho de todas las personas a participar en condiciones de igualdad de oportunidades y condiciones, en todo tipo de actividades cotidianas como pueden ser el empleo, acceder al transporte y la educación, ocio y tecnología, sin barreras o limitaciones, estas personas no pueden ni podrán normalizar su vida. De tal manera que no podríamos, como sociedad, alcanzar la democracia total.
Aquellas personas que padecen algún tipo de discapacidad, se enfrentan con diversas barreras a lo largo de toda su vida. Barreras a nivel social, de comunicación, laboral o arquitectónica, las cuales impiden la inclusión socio laboral pretendida. Las empresas, tanto como la sociedad en general, deben ser las que superen el desafío, asumiendo compromisos con la accesibilidad.
Según reza la Ley General de los derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (LGD), la definición de accesibilidad es la siguiente:
“Es la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, así como los objetos, instrumentos, herramientas y dispositivos, para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad y de la forma más autónoma y natural posible. Presupone la estrategia de “diseño universal o diseño para todas las personas”, y se entiende sin perjuicio de los ajustes razonables que deban adoptarse”.
Junto a esta definición de accesibilidad universal, una declaración de intenciones en toda regla, surge un concepto que requiere su propia definición: el diseño universal o diseño para todas las personas:
“Es la actividad por la que se conciben o proyectan desde el origen, y siempre que sea posible, entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, programas, dispositivos o herramientas, de tal forma que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor extensión posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado. El “diseño universal o diseño para todas las personas” no excluirá los productos de apoyo para grupos particulares de personas con discapacidad, cuando lo necesiten.
Aparte de considerar estos dos conceptos previamente definidos, hay que tener en cuenta el concepto de ajustes razonables. Lo que se lleva a cabo en aquello casos en los cuales haya que aplicar unos criterios de accesibilidad en instalaciones que no son de nueva construcción, por lo que aplicar el concepto de accesibilidad universal, implica costes elevados o una difícil aplicación.
En este sentido, citamos que se trata de “las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas del ambiente físico, social y actitudinal a las necesidades específicas de las personas con discapacidad que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieren en un caso particular de manera eficaz y práctica, para facilitar la accesibilidad y participación y para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos”.
Accesibilidad en España
Nuestro país puede considerarse uno de los más inclusivos y accesibles. Acoge a todo tipo de personas sin importar su procedencia o condición desde hace años. Además de contar con la LGD, cuenta con una amplia normativa, tanto a nivel estatal como autonómico. Esta normativa impone a las empresas a que tengan en cuenta que la falta de accesibilidad a sus instalaciones, canales de comunicación, la información disponible o sus servicios, entre otros factores, puede suponer un riesgo importante. Tanto para las personas como para la propia empresa.
Por citar algunos ejemplos, diremos que la falta de accesibilidad es un filtro que descarta de manera instantánea el talento y potencial de muchas personas, lo que implica que se impida su pleno desarrollo a nivel profesional. Por otro lado, la misma empresa, pierde una oportunidad de innovar e invertir en innovación y desarrollo. Siendo la falta de accesibilidad un factor clave que puede redundar en un grave daño a nivel de reputación, poniendo en entredicho los valores de la compañía.
En consecuencia, para que la accesibilidad no suponga ningún obstáculo, en aspectos como la inclusión social y laboral de las personas que padezcan algún tipo de discapacidad, algunas entidades impulsan la creación de guías de accesibilidad para empresas. Dichas publicaciones, pretenden hace que se incorporen los elementos y procesos necesarios para favorecer la accesibilidad en los edificios, instalaciones y entornos de las empresas.
Siendo su ámbito de aplicación, en primera instancia, relativo a la accesibilidad urbanística. En el cual resolverá las barreras arquitectónicas presentes en las vías y espacios de uso público. En segundo lugar, se encuentra la accesibilidad arquitectónica, en cuyo caso, acabará con las barreras que se encuentras dentro de los edificios, afectando tanto a los empleados como asistentes. Le sigue la accesibilidad a los medios de transporte, se trate de transporte aéreo, marítimo, ferroviario o por carretera, de manera que se favorezca y facilite su movilidad. Por último, la accesibilidad en la comunicación que, permite la recepción e interactuación con todos los mensajes transmitidos a través de los diferentes canales de comunicación, tanto a nivel masivo como particular.
Hablar de accesibilidad no es hablar de beneficiar a unos pocos. Si nos preguntamos a quien se dirige y beneficia de forma directa, podemos decir que personas ambulantes que presentan alguna dificultar a la hora de caminar, necesitando algún tipo de apoyo. Además a todas aquellas personas que se muevan en silla de ruedas o las que padezcan discapacidades sensoriales a nivel visual o auditivo. Las personas con discapacidad intelectual, requieren una accesibilidad denominada cognitiva y, por lo general la accesibilidad se dirige a las personas que tienen algún tipo de dificultad de movilidad o comunicación.
En resumidas cuentas, la accesibilidad, permite a cualquier persona, con o sin discapacidad (aquí está el detalle), pueda potenciar su autonomía personal, así como realizar un uso óptimo de cualquier recurso urbanístico, arquitectónico, de transporte, comunicación, productos o servicios. Esto, nos incluye a todos, puesto que todos, en algún momento de la vida, podemos padecer incapacidad, de forma puntual o crónica.
La finalidad de la accesibilidad universal es dominar y controlar todos los detalles necesarios para que se pueda lograr una aplicación, de la accesibilidad de forma inclusiva y normalizadora. Siendo un diseño que implique el uso habitual para toda la sociedad en su conjunto, lo que permite normalizar la situación de los que la necesitan. Por lo que la accesibilidad, debe formar parte integra de nuestra sociedad y cotidianeidad.
Eliminar las barreras sociales, con sus prejuicios y la falta de conciencia sobre las capacidades de las personas con discapacidad; eliminar las barreras físicas por la falta de barreras físicas, la ausencia de ascensores y el transporte no adaptado; eliminar las barreras cognitivas por la carencia de señalización y la complejidad de la información. Todo esto conlleva un enfoque que involucra a todos los sectores de la sociedad y la sociedad en su conjunto. Por eso hablamos de accesibilidad universal.