Siempre es recomendable que hagamos turismo. Es una manera estupenda de aprovechar el tiempo puesto que nos permite disfrutar al máximo de nuestro período de ocio y de la gente que tenemos a nuestro lado y con la que hemos decidido invertir ese tiempo. Conocer otros lugares y a otras personas siempre va a aportar valor a nuestra vida y por eso debemos acostumbrarnos a realizar este tipo de actividades desde que somos bien pequeños, aunque en esas instancias de la vida que solo dependa más de nuestros padres y madres que de nosotros mismos.
Podríamos viajar durante todos los años de nuestra vida e incluso varias veces cada año y os podríamos asegurar que ninguno de los viajes sería igual que otro anterior. Existe una infinidad de posibilidades para disfrutar del turismo al máximo. Podemos disfrutar de todas aquellas cosas que el turismo nacional tiene reservadas para nosotros, podemos descubrir algunas de las ciudades y regiones que cuentan con un marketing más potente o podemos descubrir lugares que, aunque no cuenten con ese marketing, sí que tengan la opción de ofrecernos una experiencia como la que no hemos vivido antes.
- La primera de esas opciones es muy recomendable. Y es que por algo es España el segundo país más visitado del mundo, únicamente superado por Francia y cada vez más cerca del país galo. Tenemos sol y playa, tenemos una rica historia y tenemos una excepcional gastronomía, así que hay motivos más que de sobra para hacer turismo por todo el país.
- Las ciudades que cuentan con un mayor marketing a nivel turístico, como lo pueden ser Nueva York, Berlín, Londres, París, Roma… son opciones que tenéis que valorar al menos una vez en la vida cada una de ellas porque merecen y mucho la pena.
- La tercera de las opciones es de las que os vamos a hablar a partir de ahora. Y es una vía que, desde luego, tenéis que explorar porque os puede dar mucho más juego del que pensáis. Es la vía que nos llega a sitios más exóticos. Y vamos a hacer una relación de algunos de ellos. Hemos escogido uno por continente excluyendo a Europa, a la que creo que ya conocemos de sobra.
Vietnam
Fue uno de los países que vio cómo su nombre se relacionaba directamente con un suceso absolutamente dramático como una guerra. Podríamos decir, casi sin temor a equivocarnos, que hablamos de un país que muy poca gente sabía situar en el mapa hasta hace apenas unas décadas. Todo el mundo habíamos visto películas, sabíamos mejor o peor lo que había sucedido en Vietnam y quiénes eran sus protagonistas, pero está claro que no era un destino que mucha gente tuviera en la cabeza para disfrutar de sus vacaciones.
Ahora, las cosas están empezando a cambiar en ese sentido y somos cada vez más los europeos que estamos deseando acudir a un país como este. El turismo está siendo una de las actividades que más está levantando la economía de un país como del que estamos hablando. Y esa es siempre una buena señal para una población que, en su día, tuvo que pasarlo demasiado mal.
Perú
Es una de las grandes joyas de las que se compone América Latina y la verdad es que no había sido una potencia en materia turística hasta hace relativamente poco. Le sobran motivos para ser un país que merece una visita. La ciudad de Machu Picchu, que es una de las siete maravillas del mundo, es una visita de obligado cumplimiento para el ser humano. Además, podemos encontrar en este país la ciudad de Cuzco, que está declarada Patrimonio de la Humanidad. A estas dos grandes maravillas se le une una cultura única y que merece la pena conocer.
Perú sigue siendo uno de los países más pobres de América Latina, uno de los que necesita un mayor impulso por parte de todos los países que sí contamos con recursos. Una de las mejores maneras que podemos hacer para conseguir que el país se convierta en un lugar plenamente desarrollado es fomentar el turismo en Europa. Si existe un interés profundo en Perú, el país sudamericano desarrollará todavía más su industria turística y podrá obtener los beneficios que se derivan de ello. Aunque es verdad que hacen falta más cosas para convertirse en un país total y absolutamente desarrollado, esta sería una primera manera de empezar a conseguirlo.
Kenia
Hablamos de una de las grandes maravillas de África, para qué os vamos a engañar. Seguro que sigue habiendo alguien que crea que Kenia es sinónimo de peligro o algo similar, pero la realidad es que, tal y como indican los datos de Statista que os vamos a compartir a continuación, alrededor de un millón de personas viajó al país del que estamos hablando desde 2010 a 2017, un momento en el que Kenia empezó a sobresalir como uno de los destinos más exóticos del mundo. Desde el final de la pandemia, la cifra está subiendo y sobre todo son muchas las parejas españolas que lo eligen como destino para su luna de miel.
Una de las cosas que más se ponen en valor de Kenia son los safaris, pero hay muchas más cosas que pueden ser destacables de una zona del mundo como esta. Uno de los mejores ejemplos lo podéis encontrar en este artículo de National Geographic y que habla de cómo conocer el país a través de las comunidades locales y cómo, de ese modo, el turismo puede tener una incidencia todavía en la economía y la sociedad del país de cara a los años que están por venir.
Hay países que nos sorprenden por la cantidad de posibilidades que ofrecen en cuanto a modalidades de turismo y maneras de disfrutar del mismo. Y uno de ellos es Kenia. La mejor manera de ponerlo en conocimiento de todo el mundo es visitar la web de Trip to Help, que pone en liza una buena variedad de viajes y safaris sostenibles en todo el país, además, posibilitan que la comunidad local obtenga riqueza y pueda invertirla en educación, en sanidad y en industria, aspectos básicos para lograr el tan deseado desarrollo.
Fiyi
Hablamos de un país que podría ser considerado como uno de los más exóticos que existen en toda la Tierra. Es una pequeña isla situada en Oceanía que a muchos y muchas quizá nos suene más por la película El Show de Truman que por otra cosa. Varias cosas que la podrían definir son la variedad de aves de las que se puede disfrutar en ella, las selvas que existen en su interior y su clima tropical marino, que proporciona calidez en todos y cada uno de los momentos del año.
Fiyi también es conocido por uno de los deportes más populares del mundo y que es, sin duda, el rey de esta isla. Hablamos del rugby, que levanta pasiones a lo largo y ancho del país. A pesar de ser una nación no demasiado grande, el año pasado, en el mundial de Francia, Fiyi logró alcanzar la ronda de cuartos de final, situándose entre las 8 mejores selecciones de rugby masculino de todo el mundo. El portentoso físico de sus jugadores, unido a una manera alegre y eléctrica de atacar, les proporcionó muchas alegrías e incluso les permitió eliminar del campeonato a Australia, una de sus grandes rivales y que suma 2 campeonatos del mundo. En el rugby a 7, una de las modalidades de este deporte y que tiene lugar, entre otros campeonatos, en los Juegos Olímpicos, Fiyi es una verdadera potencia mundial. Casi nada. Los aficionados a este deporte en España no podéis dejar de ver a una selección como esta en ninguna de sus facetas.
Como veis, hay muchas partes en el mundo que, sin tener un marketing espectacular en lo relativo al turismo, merecen una visita al menos una vez en la vida. Se trata de lugares de los que vamos a recordar muchas cosas durante toda la vida, cosas que nos van a enriquecer como personas y que, a buen seguro, nos van a permitir valorar lo bonita que es la vida cuando se conoce el planeta en el que se vive. Creemos que debe haber pocas sensaciones que sean mejores que esa.
Nunca es demasiado tarde para hacer turismo y para conocer nuevos sitios. Siempre es un momento perfecto para hacerlo y para disfrutar de todos y cada uno de los beneficios que van asociados a ello. El turismo es una de esas cosas que nunca va a generar arrepentimiento en una persona porque, ya sea para simplemente descansar o para conocer nuevos lugares, merece la pena. Y somos cada vez más quienes pensamos exactamente lo mismo al respecto. Esperamos que esa legión de seguidores siga creciendo para que el turismo ocupe el lugar que merece en cada una de nuestras vidas. De este modo, estaremos mucho más cerca de aquello que llamamos felicidad.