El sector cultural, un poco menos precario gracias a la nueva legislación

Las especiales condiciones laborales de las personas dedicadas profesionalmente a la actividad cultural y artística, así como las de los colectivos profesionales cuya responsabilidad es garantizar la correcta realización, grabación o puesta en escena como el personal técnico o auxiliar, están sujetas por la misma naturaleza de su trabajo a una gran temporalidad y discontinuidad, aunque sea de modo cíclico.

Y es que no hay que olvidar la enorme importancia de todos los profesionales que desarrollan su trabajo en el sector cultural, ya que detrás de los grandes protagonistas hay excepcionales profesionales que se encargan incluso de elaborar los platós o los sets de rodaje, para lo cual cuentan con la ayuda de empresas especializadas, como el es caso por ejemplo de Delbin Ingeniería.

Con el fin de mejorar las condiciones laborales y de cotización a la seguridad social, con fecha 31 de marzo de 2022 ha entrado en vigor el Real Decreto-ley 5/2022, de 22 de marzo, por el que se adapta el régimen de la relación laboral de carácter especial de las personas dedicadas a las actividades artísticas, así como a las actividades técnicas y auxiliares necesarias para su desarrollo, y se mejoran las condiciones laborales del sector, que en su artículo 2.2, establece:

1. El presente real decreto regula la relación especial de trabajo de las personas artistas que desarrollan su actividad en las artes escénicas, audiovisuales y musicales, así como de las personas que realizan actividades técnicas o auxiliares necesarias para el desarrollo de dicha actividad, a la que se refiere el artículo 2.1.e) del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre.

2. Se entiende por relación especial de trabajo de las personas artistas que desarrollan su actividad en las artes escénicas, audiovisuales y musicales, así como de las personas que realizan actividades técnicas o auxiliares necesarias para el desarrollo de dicha actividad, la establecida entre el empleador que organiza o el que produce una actividad artística, incluidas las entidades del sector público, y quienes desarrollen voluntariamente una actividad artística o una técnica o auxiliar, por cuenta y dentro del ámbito de organización y dirección de aquel a cambio de una retribución. Se entenderán incluidas en el ámbito de aplicación de esta norma, entre otras, las personas que desarrollan actividades artísticas, sean dramáticas, de doblaje, coreográfica, de variedades, musicales, canto, baile, de figuración, de especialistas; de dirección artística, de cine, de orquesta, de adaptación musical, de escena, de realización, de coreografía, de obra audiovisual; artista de circo, artista de marionetas, magia, guionistas, y, en todo caso, cualquier otra persona cuya actividad sea reconocida como la de un artista, intérprete o ejecutante por los convenios colectivos que sean de aplicación en las artes escénicas, la actividad audiovisual y la musical. A los efectos de este real decreto se entiende por personal técnico y auxiliar el que presta servicios vinculados directamente a la actividad artística y que resulten imprescindibles para su ejecución, tales como la preparación, montaje y asistencia técnica del evento, o cualquier trabajo necesario para la completa ejecución de aquella, así como la sastrería, peluquería y maquillaje y otras actividades entendidas como auxiliares, siempre que no se trate de actividades que se desarrollen de forma estructural o permanente por la empresa, aunque sean de modo cíclico.

3. Quedan incluidas en el ámbito de aplicación del presente real decreto todas las relaciones establecidas para las distintas fases de la ejecución de actividades artísticas, técnicas y auxiliares en los términos descritos en los apartados anteriores, mediante comunicación pública o destinadas a la fijación o difusión a través de cualquier medio o soporte técnico, tangible o intangible, producción fonográfica o audiovisual, en medios tales como teatro, cine, radiodifusión, televisión, internet, incluida la difusión mediante streaming, instalaciones deportivas, plazas, circo, festivales, tablaos, salas de fiestas, discotecas, y, en general, cualquier lugar destinado habitual o accidentalmente a espectáculos públicos, o a grabaciones, producciones o actuaciones de tipo artístico o de exhibición.

4. Las actuaciones artísticas en un ámbito privado estarán excluidas de la presente regulación, sin perjuicio del carácter laboral que pueda corresponder a la contratación y a la competencia, en su caso, del orden jurisdiccional social para conocer de los conflictos que surjan en relación con la misma.

5. Los aspectos administrativos de la organización y participación en espectáculos públicos se regirán por su normativa específica.

La situación previa del sector, nada positiva

Según el anuario de estadísticas culturales, durante el año 2021, 690.800 personas han desarrollado su actividad laboral en el sector cultural. Un sector que reivindica y espera la aprobación del Estatuto del Artista para todos aquellos trabajadores que han dedicado y desarrollado su vida personal y trayectoria profesional entre aplausos, sonrisas, sueños, bambalinas y mamparas divisorias.