Poca importancia se le da a los tiestos. Para aquellos a quienes la jardinería no les dice nada más que una forma de decorar la casa, la elección de una maceta para esa planta que le han regalado es una tarea banal.
A decir verdad, para ellos y para una inmensa mayoría que no sabemos diferenciar entre una maceta y otra. Solo vemos una forma (circular o cuadrada) y un tamaño. Los compañeros de Mundoflor han tenido a bien, sacarnos de ese error.
Las macetas no son meros contenedores de tierra y plantas cuyo nombre casi nunca conocemos. Tampoco son necesariamente vasijas de barro o plástico, hay más materiales y formas. Su función si suele ser siempre la misma: mantener una planta y convertirse en su hogar.
Para que la planta este a sus anchas en su maceta, hay que tener en cuenta algunos factores: el tamaño de la planta, la humedad que necesita o la tierra. La planta debe tener espacio suficiente para que sus raíces crezcan y estén saludables.
Cada planta tiene sus condiciones y necesitan un tipo u otro de maceta. Si queremos que la planta siga creciendo, habrá que ir trasplantándola a tiestos mayores. En función de sus necesidades de humedad, el material de la maceta deberá ser de plástico, terracota o cerámica.
Plástico o barro
Cuando digo barro quiero decir terracota. Esas macetas tienen ese tacto característico y ese sonido peculiar cuando rozan entre sí. Son ideales cuando la planta requiere perder el agua del riego. Su porosidad facilita la eliminación del agua con algo más de rapidez sin mantener la humedad.
Las macetas de plástico, más utilizadas debido a su precio algo inferior y que son menos frágiles que la terracota, mantienen mayor tiempo el agua del riego. El plástico por su carácter aislante, evita la eliminación del agua por las paredes debido a la evaporación.
Otro material muy utilizado es la cerámica. Debido al esmaltado que se la aplica, la maceta retiene más humedad que la de terracota, pero no tanto como la de plástico. Las convierte en las macetas perfectas para plantas que requieren mantener la humedad en sus raíces.
En los últimos años, el metal ocupa parte de nuestros particulares jardines de interior. Este material está bien para plantas de interior, pero hay que tener cuidado con las plantas que se ponen en estas macetas. Proporcionan muy poco aislamiento a la planta y se calienta rápidamente. Esto puede dañarla. Mejor su uso como cubre macetas.
Macetas colgantes para interior o exterior realizadas en materiales como cuerda, plástico o metal, ideales para plantas que tienden a colgar. O macetas de madera, cuyo fondo puede quemarse para evitar la invasión de insectos.
A parte de los materiales en los que se fabrique la maceta, hay que tener en cuenta su tamaño. La variedad es infinita, tamaños, colores y formas para cada tipo de planta y el lugar donde se va a poner. También observar los puntos de drenaje que deben tener en la base, ya que algunas no cuentan con ellos, como por ejemplo las de cerámica.
Elemento decorativo
Esta más que claro que la maceta y los maceteros, se inventaron para plantar. Su origen milenario va ligado a la horticultura y la forma en que se empezaron a llevar plantas (o vegetales) a otros lugares.
En pleno siglo XXI, las macetas son muy utilizadas en ese aspecto primigenio, pero también, como un elemento decorativo. La infinidad de posibilidades que ofrece la decoración con macetas y plantas artificiales dota a los hogares de una calidez propia.
Las macetas puedes encontrarlas ya decoradas o incluso decorarlas tú a tu antojo. En ellas puedes poner las plantas o flores que más te gusten. En el mercado las hay de materiales tan realistas que no desmerecerán a las verdaderas plantas. Además que no morirán en tus manos por no regarlas. Todo las más, es que cojan polvo.
Maceteros de madera, terracota, cerámica o latón, en ellos puedes poner las plantas o flores de tu elección sin necesidad de contar con el drenaje. Puedes llenarlos de tierra, piedras o espuma rígida donde pinchar las plantas.
Crear tu propio jardín sin miedo a que las plantas se marchiten y gozar siempre de la visión de plantas o flores que no podridas plantar en tu casa, simplemente por el clima.
Naturales o artificiales, si están en un buen tiesto, darán luz a tu hogar.